por Teresa Ferrer, coordinadora pedagógica
En St. Peter’s School, entendemos que el mundo es flexible, multidireccional, no local, conectado, interactivo e incierto. Entender la realidad como sistema y abrazar la idea de un impacto combinado entre el mundo externo y los objetos y sujetos que hay en él, nos lleva directamente a introducir el pensamiento cuántico como marco en nuestras etapas iniciales. Nuestro principal objetivo es fomentar en nuestros alumnos la idea de que el mundo es un sistema dinámico, donde todo está interrelacionado, y en el que tener diferentes puntos de vista mejora la comprensión. Esta diversidad puede coexistir en armonía, y así vemos que el futuro de la humanidad está lleno de posibilidades.
Los modelos de pensamiento clásico se basan en mecánica newtoniana y nos pueden llevar a mirar el mundo y la sociedad como algo no flexible y desconectado. De esta poderosa razón, surge nuestro interés en fomentar en nuestros alumnos está visión interrelacionada del mundo y la sociedad.
Las sociedades humanas son sistemas complejos que están cambiando constantemente en varios niveles: las interacciones entre individuos, entre indviduos y grupos y entre grupos. Es más, hemos empezado a interactuar con Inteligencias Artificiales, sistemas descentralizados y otros tipos de tecnologías donde el razonamiento humano no siempre sigue un itinerario racional estructurado.
Tener un pensamiento diverso en una era de relaciones exponenciales entre humanos, máquinas y naturaleza dota a los estudiantes con un nuevo paradigma de pensamiento mejor alineado con las necesidades del futuro.
Nuestros estudiantes son arquitectos del futuro
La causalidad y el pensamiento linear no casan bien a la hora de resolver problemas complejos. La naturaleza de los eventos no es predecibles y por tanto, si quereemos que nuestros alumnos sepan analizar el futuro desde una punto de vista global, deberemos proveerles de una lente apropiada para que entiendan que la naturaleza es caótica, compleja e impredecible.